jueves, agosto 24, 2006

Homenaje

No sé si me voy yo o te vas tú. Siempre que muere alguien me pasa lo mismo.
No sé si es una broma de mal gusto que nos dedicas, pero me temo que esta vez la broma te la hemos gastado a ti, entre todos. Solo espero que te dé tiempo a reírte, que hayas tenido tiempo de encontrarle la gracia a todo esto. Claro que sí. En realidad, estoy seguro de que lo último ha sido una risotada. Seguro que la enfermera todavía no se lo explica. Seguro que el médico de guardia todavía está pensando si incluirlo en las notas de su futura autobiografía. Seguro que la carcajada ha hecho temblar todo el edificio y que los celadores han tenido pesadillas toda la noche.
No, no he ido a tu entierro. He preferido continuar con la broma desde casa, sin compañía, porque así es como más nuestra, y, además, si resulta que al final todo esto no tiene gracia, pues nos enteramos tu y yo y ya está.
Si y no te voy a echar de menos, y, eso, amigo, es más de lo que puedo decirle a casi cualquiera, así que vamos ambos a conformarnos con eso, compañero.


“Algunos dicen y juran y rejuran que saltamos ambos aquel acantilado en la costa hace tantísimo tiempo. Y que morimos con solo ocho años. Aseguran que vieron a dos niños correr cogidos de la mano entre el bosque y a Dios prometen haberlos visto saltar aún agarrados el uno al otro.
Yo, desde luego, recuerdo haber caído, pero no recuerdo haber muerto. Y tú, hermano? Yo me recuerdo volando, riendo, pero no muriendo. Recuerdo las olas rompiendo contra las astilladas rocas del acantilado, pero nada más. Nada de muerte ni gritos ni dolor.”

1 comentario:

sagui dijo...

"Ese día piensa en mí
descansaré en paz, amigo,
calla, no llores por mí,
yo he escogido mi camino..."
Vale, no estará muy inspirado, es de Los Suaves, qué quieres, pero es lo que me viene a la cabeza...