sábado, febrero 19, 2005

Despertar I




Entre la lámpara, dorada, y un libro de cubiertas de piel negras descansaban sus gafas recostadas sobre las dos patillas, con los gruesos cristales sucísimos mirando al techo. Las sábanas se pegaban a la piel con el calor del sol de media mañana, una almohada estaba en el suelo a un lado de la cama, la lámpara se quedó encendida toda la noche. La luz entraba entera a través de los ventanales sin persianas y abiertas de par en par, con ella entraban también algunos coches viejos que sonaban a lo lejos y los pájaros mañaneros. A veces con ese primer vistazo inocente de recién despierto, cuando todavía no somos conscientes de la mañana que viene con los ojos abiertos, todavía nos parece todo precioso, todo igual de lleno y sin tiempo, y es entonces cuando el sonido de un motor de camioneta se parece tanto al sonido de un pájaro amarillo. Se hace difícil diferenciar así entre todas las cosas que nos dan la bienvenida al mundo.
-¿Estás despierta?- También estas palabras le sonaron como un autobús que se aleja por un camino de arena a última hora de la noche. Se fueron tranquilamente a algún rincón de su cabeza y siguió durmiendo. Apartó las sábanas que la asfixiaban con los pies y sus pechos quedaron al descubierto, el aire caliente rozó unos segundos su piel y luego, empujado de nuevo hacia abajo, se pego a su cuello.
-¿Carla, estás despierta?- Ya había pasado demasiado tiempo desde el despertar, y estas palabras sí le llegaron con normalidad. Odiaba ese momento. Hubiera querido pasarse toda la vida o tumbada en la cama a oscuras, a punto de dormirse, con esa paz que da el día que irremisiblemente se acaba, o recién despierta, cuando el velo del sueño todavía la cubría y confundía los pájaros con motores de combustión. -Si, cariño, estoy despierta.- Su voz, como siempre, fue una sorpresa.

martes, febrero 01, 2005


ELEUTERIO SÁNCHEZ
(EL LUTE)
Nacido en una familia de merchante, con 20 años robó un par de gallinas, por lo que estuvo seis meses en prisión. Tres años después participó en el atraco contra una joyería, en el curso del cual murió el vigilante. Condenado a muerte por un consejo de guerra, la pena le fue conmutada por 30 años de cárcel. Protagonizó dos fugas espectaculares en 1966 y 1971. La acumulación de sus 97 causas suponía una pena de más de un millar de años. En 1981 se le concedió un indulto general a todos los efectos.

Camina o revienta! El Lute es el puto amo.