Estado Unidos ratificó la Convención Internacional de Telecomunicaciones en cuyo articulo 22 se especifica que los estados miembros acuerdan tomar todas las medidas posibles, adaptándose al sistema de telecomunicaciones utilizado, para asegurar el secreto de las comunicaciones internacionales. Obviamente, Echelon va en dirección contraria. Además, hay que indicar que estas convenciones no se firmaron pensando únicamente en la intimidad de los ciudadanos, sino en el secreto de las acciones llevadas a cabo por las grandes empresas de cada país, acciones en las que muchas veces la discreción es la llave del éxito. Así, en el informe anual de la Casa Blanca, se enfatiza repetidas veces el hecho de que la seguridad económica es fundamental no sólo para nuestros intereses nacionales sino también para nuestra seguridad nacional.
Es a través de escándalos económicos como las grietas del sistema Echelon en cuanto a funcionamiento se hacen más evidentes. La relación entre información interceptada y seguridad internacional queda desvirtuada cuando se constata que el sistema Echelon está siento usado, en la mayoría de los casos en los que desata una actuación estatal, para favorecer la economía estadounidense mediante el férreo control de las relaciones entre empresas transnacionales no norteamericanas.
En 1995, un escándalo sobre las comisiones cobradas por funcionarios de Arabia Saudí para asegurar la concesión de contratos millonarios a Airbus, la empresa europea de aeronáutica, revelaba a la opinión pública la sistemática vigilancia a la que las grandes empresas europeas son sometidas mediante el sistema Echelon durante la concesión de contratos para los que también licitan empresas norteamericanas. En este caso, la NSA se defendió aduciendo que se limitaron a comunicar la comisión de un delito tipificado, y a asegurar que no compartían su información con Boeing, sino que simplemente se habían limitado a denunciar a Airbus ante la evidencia de que pretendían conseguir los contratos ilegalmente mediante el pago de comisiones. De todas formas, estos hechos dejaban en evidencia el hecho de que Echelon no servía solo para asuntos de seguridad nacional, sino también para asegurar la hegemonía económica de Estados Unidos en el mundo.
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6 comentarios:
Miedo.Mucho miedo.
La mejor postura es aceptar que nos están espiando porque es algo contra lo que no podemos luchar, a no ser que nos dé por estudiar teleco y reinventar nuestra vida. La cabeza, bien alta, respecto a todo lo que hacemos. Muchos dientes y morro, no sé. Entre esto y el ad sense...., vivimos una nueva era que comenzó con El Gran Hermano (ironía). Aunque el mundo funciona así desde tiempos que desconocemos. Gracias Stooge, por tan nutrida información. A mí no me da miedo. VIVA LA REPUBLICA (total, que me fusilen, tengo que morirme igual).
No te hacía tan frívola, Psikke.Yo me niego a aceptarlo, entiendo que no puedo remediarlo, pero no me resigno.Y a mí sí me asusta saber que todo lo que digo, todo lo que escribo, todos mis mensajes son espiados.
Frivolidad o cinismo serie B, una de las dos cosas. Mala yo tampoco lo acepto, ya había tocado el tema superficialmente en mi blog, pero en esta ocasión sobre el Ad sense, ad absurdum, tolerar que alguien me ofrezca un servicio en gmail tomando como base lo que yo escribo, sus máquinas lo leen todo. Lo peor es que el gmail es una herramienta para intercambiar emails cojonuda, eso sí, pasa por el tubo. No sé hasta que punto nuestros datos están protegidos, pero los de google pueden leer nuestros correos. Eso comenzando por la base. De lo que habla Stooge en el post es a gran escala y la única forma de combatir esas prácticas es creando y aplicando la ley. Una verguenza.
El problema es que, por ejemplo, a la Unión Europea, ante los problemas de legalidad internacional que supone un sistema como este (la misma UE admitió que vulnera los derechos humanos, que debilita los tribunales penales internacionales, etc...), ha decidido, por un lado, intentar crear un sistema parecido (ENFOPOL) y, por el otro, desarrollar nuevas leyes y tecnologías de protección y encriptación de datos, como si todo esto fuera a servir para algo. ASí que ahora ya no solo nos vigilan los firmantes del pacto UKUSA (EEUU, Gran Bretaña, Canada, Australia y Nueva Zelanda) sino también los de la UE.
Oiga! Es cierto.
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